Muéstrame cada parte de tu ser. Permíteme ver
hasta lo más hondo de tu insanidad; hasta lo más oscuro de tu mente.
¡Libera mis cadenas, déjame ser partícipe de tu locura! Te esfuerzas en
ocultar las marcas que adornan tus brazos; pero yo las desgarraré,
expondré cada frase dibujada con tinta indeleble sobre tu piel y cada
deseo siniestro de dejar marcas oscuras en mi cuello, ante la osadía de
que una mirada profana como la mía se adjudique el derecho de observarlas.
Haré un diseño de sangre y hundiré las manos en tu pecho para sujetar tibio y palpitante tu corazón, pequeño y frágil. ¡Qué maravilla su latir desfasado ante las irregularidades de tus pensamientos enfermizos! Efímera maravilla, no me cierres tu mundo, no me dejes atrapado y encerrado; no me dejes relegado...
Haré un diseño de sangre y hundiré las manos en tu pecho para sujetar tibio y palpitante tu corazón, pequeño y frágil. ¡Qué maravilla su latir desfasado ante las irregularidades de tus pensamientos enfermizos! Efímera maravilla, no me cierres tu mundo, no me dejes atrapado y encerrado; no me dejes relegado...
Déjame vivir en carne tu locura...
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